De pronto hoy estamos únicamente solo frente a este monitor, dejando la posibilidad cierta de comunicarnos con la realidad y aniquilándola, perdiendo esa facultad maravillosa de identificar los detalles que suponemos son insignificantes en la vida como la lluvia ,el sol ,el aire, de la cosas del día a día que a veces nos aburren pero que al fin se esfuman con la presencia de otra realidad que es esta, la realidad virtual , a veces no ves a nadie en medio de una multitud , donde todos hablan tanto y dicen tantas cosas pero la velocidad es más importante que la substancia de lo que decimos, o simplemente es tanta la vorágine de mensajes que no podemos darnos el lujo de contestar nada, solo de revisar a penas ,entonces vamos perdiendo la posibilidad cierta de identificarnos como seres humanos, como personas, solo pasamos caminando lentamente por este desierto de multitudes imaginarias, donde todos participan sin detenerse a compartir con los demás.
Borges decía “En esta época los hechos no van a la memoria sino al olvido”
Cuando discutimos, debatimos en una tertulia electrónica un tema, al segundo o en menos de un segundo, hay un millón de temas pendientes de los que sin una mesura que justifique tal acción queremos ser parte de y “aportar” al menos con una idea para no vernos fuera del mundo virtual que hemos creado, son los extraños bemoles de la sociedad del conocimiento.
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