Hoy te pregunto..
Si acaso tus manos no se aferraban a las mías, cuando el mismísimo sol nacía en nuestros besos ?
Si acaso el cielo no me celaba porque inventé el infinito en tus memorias?
No olvidaré jamás aquel día en que ..
una lluvia de estrellas me vistió de ti , mientras la noche fue silencio
entonces conocí donde habitaba la felicidad
Y me volví ángel de luz en el fuego inexplorado de tu misterio .
Al nombrarme tu dueño puse a tus pies mi corazón
Justifiqué mi existencia en tu ternura
Tu cabellera era mi morada pacifica y mi sustento
Tu nombre, mi pan
Tu piel, mi refugio
Tu vida , mi vida
Mi ser
Tu
Está claro, quien escribe estos versos, o estuvo enamorado, o lo está.
ResponderEliminarMe alegro, otro que conoce todos los "porqués".
Saludos
Considero que el ejercicio intelectual de concebir un texto requiere precisamente eso , enamorarse de lo que nos rodea , materializar literalmente lo que amamos .
ResponderEliminarEs un amor puro, sin dudas. La frescura de la prosa lo dice. Tus textos van tomando un giro muy elegante y dejan un sabor tierno, dulzón.
ResponderEliminarSaludos Pablo.
Sin justificaciones, sencillamente cautivada por tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo de palabras y con aroma de cariño.