Basada en la novela de Jhon Le Carré
La película plantea la denuncia al negocio generado en torno a la industria farmacéutica desde esta perspectiva. La historia está situada en Kenia, un país profundamente empobrecido. El 56% de la población, unos 15 millones de personas, es pobre; lo que quiere decir que tienen que vivir con menos de 1 dólar al día.
Las secuencias realizadas en el suburbio de Kibera nos muestran esta realidad. En esta zona vive aproximadamente un millón de personas en condiciones infrahumanas en chabolas, sin servicios básicos de agua, luz, alcantarillado y separado por las vías del tren. Resulta también significativo que la obra de teatro sobre el SIDA se desarrolle en este barrio, poniendo en evidencia la trágica reotralimentación que existe entre SIDA y pobreza. Se calcula que en la actualidad 1 de cada 6 keniatas es VIH positivo, lo cual afecta gravemente cualquier proceso de desarrollo. Pero este estado de emergencia es aún peor en barrios como Kibera, donde se calcula que el porcentaje de infectados es superior.
http://www.edualter.org/material/cinemad3/jardinero.htm
Me ha llegado intensamente este film-reportaje, que dibuja crudamente una verdad incómoda , ese ruido ensordecedor de la codicia de los grupos de poder que dejan en la periferia del mundo a quienes se ven excluidos de las posibilidades más básicas de llevar una vida a la que según los manifiestos internacionales todo ser humano tiene derecho.
Pablo, cuando vi esta película salí destrozada del cine y enfadada, también. Es como bien apuntas una película-reportaje que por desgracia la ficción es un calco de la realidad. De la experimentación, del atropello a los que menos tienen, como diría Buñuel, de los olvidados. Y esa verdad y esa indignidad que continúa hoy no se le pone coto. Los intereses, siempre los intereses económicos, los intereses de los más fuertes.
ResponderEliminarGracias amigo por sacar esta película y comentarla porque es una forma de no olvidar, de poner voz a los sin voz.
Un gran abrazo, amigo
Gracias Felicidad , como tu , yo me quedé impactado de la barbarie a la que puede llegar el deseo de poder en este mundo , en verdad que la ciencia en manos de inescrupulosos es una de las amenazas más debastadoras , podemos salvar vidas pero por dinero las entierran en el fango de la estupidez , me pregunto si todo esto algún día cambiará...
ResponderEliminarUn abrazo grande para ti.
totalmente de acuerdo contigo, mi amado Pablo... y si todo esto cambiará?... ni pesimista ni optimista, NO creo que cambie nada... quién descorrerá el velo o le ponga la cola al burro... secretos y poderes,
ResponderEliminarno te parece?
besitos, Ro
Todo cambia , todo puede cambiar , cuando cambiemos nosotros mismos.
ResponderEliminarGracias mi querida Ro.