Acepto la fuerza avasalladora de las tardes que te amé ..
y las horas que sin reparo,
tus caricias temblaban
en aquellos espacios indecibles,
mientras la gente se perdía en los rincones de la historia,
me diste una razón para
existir,
cuando me susurraron impacientes tus
besos inconclusos…
La eternidad blanca moría lentamente en el sol de tu deseo y..,
aún me devoran las pacíficas huellas de tus manos de miel..
descifrando el sentido de la existencia,
donde no cabe más que un solo latir,
sin duda me lleno de ti,
y vivo..
al saber que aún me enciendes sin titubeos..
al saber que aún me enciendes sin titubeos..
belleza y manifiesto
ResponderEliminarpara quien es capaz de encender pasión a través del tiempo y los inviernos
porque sin duda de sus manos de miel el amor no caduca
enhorabuena
abrazos y buen fin de semana
Bellísimo poema que rezuma amor, pasión y desemboca en ese delirio que estoy segura, no es sólo de invierno sino que se presiente en todas las estaciones.
ResponderEliminarMe encantó.
Besos
Muchas gracias por estar aquí, un abrazo.
ResponderEliminarQue bueno Lili , este espacio también es tuyo , un abrazo.
ResponderEliminarhe asistido a un banquete, y no estaba preparada para tan exquisito manjar... vital vibrante poema.
ResponderEliminarGracias por venir a esta casa que es tu casa , un abrazo infinito mi querida Ro.
ResponderEliminarTQM