Tokio Blues - Norwegian Wood, es
un texto que el autor ha escrito sintiendo letra por letra, todo inicia en
aquel avión que aterriza en una ciudad europea y al escuchar aquella bella melodía de Los Beatles, evoca profundos
recuerdos de un ayer que duele, de alguna manera es un libro que lo he leído como
el lector que va descubriendo la estructura literaria, una demostración de que
con pocos personajes se puede elaborar una buena historia, escrita con esa maestría a
lo Murakami, la novela genera un sabor algo agridulce y distinto, Naoko que es el centro
gravitatorio de la novela, es un ser de una fragilidad extrema el mismo que sucumbe ante la
realidad, es en ella donde aparecen descubiertas las mentes que de a poco se pierden
en una sociedad fría que las desplaza a un sanatorio y donde pese a intentar
hacer un rescate de su salud mental, esta misma sociedad le va colocando un “membrete”,
lo que con tanta vehemencia escribe Michel Foucault en su obra “La historia de la locura en la época clásica”
y que es muy aplicable a nuestros días, donde la sinrazón social es tan habitual en la
medida de que resulta fácil catalogar a una persona en la periferia de lo que comúnmente
consideramos “normal” -no sé en nombre de quien-
Murakami hace gala de su prosa
que atrapa y envuelve, el hilo conductor de esta bien escrita novela, es
protagonizado por Watanabe aquel hombre joven que aprende a vivir y a crecer en
medio de sus contradicciones sumadas a la propia incertidumbre que la vida
misma genera, al final la vida debe continuar y todo es un continuo proceso de
crecimiento interior, donde el pasado es un elemento esencial que contribuye a
la edificación de lo que somos en el presente.
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