El mundo estaba en llamas y nadie podía salvarme excepto tú .. es la canción que escuchaba mientras descendía el avión al aeropuerto de esa ciudad serpenteante, al sentir el cálido abrazo de su atmósfera solo podía reanimar en mis recuerdos esos gestos de rabia y de amor infinito que algún día proyectaron tus ojos sobre mi.. tus ojos siempre.. , sin embargo de estar expuesto a las contradicciones propias de esa tormenta en la que nos convertimos en aquellos días de invierno, lo único cierto era que yo aceptaba como algo tan mío ese sentimiento irrefrenable de fundirme en la eternidad de tu piel tostada por el sol, y ser por y para ti el más grande amor.
Por alguna razón que escapa a mi entender, de mi kindle había seleccionado el libro "Un café con Bauman", y mientras leía escuchaba Wicked Game (Juego Perverso) de Chris Isaak en verdad que no podía dejar de escucharla por que tú estabas allí en esas letras, los tonos de esa melodía se clavaban en mi ser ,como astillas de cristal.
Debía cumplir una reunión de trabajo pero justamente me dirigí a aquella trinchera innombrable donde mi corazón se entregó para que tus huellas lo tatuaran para siempre con mil besos.
En esa reunión de negocios solo me invadía tu espacio, tu presencia, al finalizar la tarde que culminó con una excelente inversión para la empresa, me puse de camino al hotel ,me serví solo un refrigerio de jamón con queso y dormí un buen rato, estaba rendido, luego tomé una ducha y decidí leer un poco más a Zygmunt Bauman y sus teorías de "La Modernidad Líquida" luego al caer la tarde decidí caminar por el centro de la ciudad y distraerme un rato.
Al pasar por una de las librerías de la calle principal de la ciudad, ingresé para buscar el libro "Amor Líquido" del mismo autor, en resumen el texto habla de lo banal que resulta la sociedad de nuestro tiempo y que las personas han roto con patrones y convencionalismos, pues cada uno decide y crea su propio espacio, en la página final del libro el gran sociólogo polaco termina explicando que es el amor líquido como una de las características de la postmodernidad en la que vivimos, las relaciones amorosas acaban en breves episodios en los que priva la búsqueda del beneficio personal, la vida líquida es una sucesión de nuevos comienzos e indoloros finales, de pronto por uno de los pasillos de la librería vi acercarse una mujer alta de cabello lacio, era un poco tarde y el local perecía estar cerrando, ella se acercó y me dijo.
- Caballero desea que le ayude con algún libro en especial
- No muchas gracias ya escogí el texto que voy a llevar, es usted muy amable
Cuando se acercó pude sentir la sensación dulce de una fragancia que emanaba de su esbelto cuerpo, reconocí en ella aquel perfume que te gustaba, era un Anais Anais de Cacharel, aquel aroma me llegó hasta el tuétano, mentiría si digo que no sentí una sensación de recordar y sentirte en esa chica.
Me acerqué al mostrador de pago y salí, crucé la calle esquivando los vehículos y me senté en un café justamente frente a la librería, quería ver nuevamente a esa mujer que me había atendido, algo de ella permanecía en mí.
Miraba con atención el local entre los vehículos y noté como se apagaron las luces del local posteriormente salió la chica, la vi una vez más, me deleitaba mientras fumaba un cigarro blanco y daba unos sorbos al capuchino, por un momento ella se quedó parada allí, me pareció que esperaba a alguien, en breve otra mujer que se acercó a ella y vi como las dos se besaron en un tierno abrazo.
Me reí en mis adentros - lo impredecible de esta vida dije yo - , seguí leyendo un rato el libro que había comprado, de pronto un par de chicas se sentaron en una meza contigua en el café, pidieron un par de cervezas, una era la chica que me atendió en la librería y la otra , la otra eras tú ...
Que maravilla... Fundirte en la eternidad de su piel... Como me ha gustado esa frase, para enmarcar.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
Un placer leerte.
Besos.
El final me ha dejado estupefacta, no lo esperaba y eso siempre es bueno cuando se lee un relato como el tuyo. Interesante.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Es importante para mi que te agrade muchas gracias por visitarme , un abrazo.
EliminarGracias , que bueno que te haya gustado , un saludo de afecto para ti María Dorada , el placer es mío.
ResponderEliminarQué bien contado...
ResponderEliminarLa vida está hecha de recuerdos y de sopresas.
Un beso lector.
La vida te trae sorpresas, como dice la canción, mil gracias Eva por tus palabras .
ResponderEliminarUn abrazo.
Me fuiste atrapando en tus palabras y me sorprendió gratamente el final.
ResponderEliminarGracias por tu paso por mi blog y tus palabras.
Un beso
Mil gracias a ti Carmela.
EliminarNo llegué a tiempo para comentarte esta estupenda entrada.
ResponderEliminarSi he captado bien la idea, te has inspirado en la letra de esta hermosa canción que da título a tu relato.
La idea es mostrar esa fragilidad del amor y hasta qué punto puede resultar un espejismo, como el que sintió el protagonista por esa chica, que fatalmente el destino quiso que acabara con otra mujer.
Muy buen trabajo por tu parte.
Un abrazo.
Como U-topía, no me esperaba el final y ha hecho que me saliera en la boca una sonrisilla. Me gusta que los relatos me sorprendan.
ResponderEliminarGracias Estrella por tu comentario , si el amor es frágil , es su naturaleza dentro de lo fuerte que puede ser. Un abrazo
ResponderEliminar